No sorprende que en la actualidad un individuo utilice a un tercero para sacar algún tipo de rentabilidad a través de la transmisión de cuestiones o aspectos suyos que en muchas ocasiones debieran quedar en el estricto ámbito de su vida privada. Es el día a día de la televisión española, y es por eso que puede que ya no sorprenda al telespectador.
Uno de los casos que ha desatado una gran polémica en los últimos meses, amén de los cacareos diarios de la llamada prensa rosa, ha sido el de Artur Domoslawski. Este polaco, que fue discípulo y amigo de una de las grandes figuras del periodismo a nivel internacional, Ryszard Kapuściński, ha tardado tres años en publicar una biografía del que fue su amigo durante los últimos nueve años de su vida. Y a juzgar por el acalorado debate social que ha surgido a raíz de este libro, cabría reflexionar sobre si se han incluido ciertos detalles de la vida privada del periodista, que quizás deberían de haber quedado en eso, su intimidad.